La ópera francesa es el arte de la ópera cantada en francés que se
desarrolla en Francia.
Francia tiene una de las tradiciones operísticas más importantes de Europa, con
obras de compositores nacionales.
El género operístico francés se inició en la corte del rey Luis XIV con
la obra de Jean-Baptiste Lully –de origen italiano– Cadmus et Hermione en 1673.
Lully y su libretista Quinault crearon la «tragédie en musique», una forma
escénica en la que el ballet, afición favorita de la corte francesa y la
escritura coral tenían un papel especialmente destacado. Al tiempo, a mediados
del siglo XVIII, otro género operístico iba ganando popularidad en Francia: la
«opéra-comique», en el que las arias alternaban con el diálogo hablado. En la
década de 1820, Francia dio paso a un nuevo gusto por las óperas de Rossini y
una obra suya, Guillaume Tell, ayudó a fundar otro nuevo género, conocido como
«grand opéra», cuyo exponente más destacado fue Giacomo Meyerbeer. Otro género
más, de tono más ligero, el de la «opéra-comique», también gozó de gran éxito
en manos de Boïeldieu y Daniel-François Auber.
Jean-Baptiste Lully